¿Ella? Me pregunto entre suspiros.
No sé qué responder si mi mente
no está aquí, está con ella. Mi cuerpo es suyo, todos mis temblores cuando
vuelo con ella al cielo y al volver
bajamos juntos al calor de los infiernos.
Dicen que todos tenemos nuestra
media naranja, pero yo no quiero una media naranja, la quiero a ella. Con sus
virtudes y defectos (esos que tanto echo de menos si no está a mi lado). Con su
sonrisa a medio estrenar. Con su dulzura al despertarme. Con su forma de
cuidarme.
¿Ella? Definitivamente. A mi lado o en la distancia. Aunque el significado de su nombre me acompañe a veces en mis noches de insomnio. Aunque la infame distancia que hay desde donde escribo hasta donde ella sueña con volar me parezca inmensa. Aunque pasen a mi lado infinitas mujeres con infinitas pieles… ahora lo sé. Es ella, mi reina.
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